Gonzalo Gámiz Fotografía

Desde el siglo XVIII se celebra en Frigiliana (Málaga) la Semana Santa. Ataviados con sus tradicionales túnicas de tocado faraónico y sus largas colas que deslizan por el suelo empedrado, la noche del Jueves Santo los penitentes serpentean en procesión, unos custodiando y otros portando las imágenes del Cristo de la Caña, de Jesús Nazareno y de la Virgen de los Dolores, iluminando tenuemente con sus velas las sinuosas y empinadas calles de la villa morisca, dibujando sombras en las paredes encaladas. Y entre ellos, los que con sus ropajes y rostros cubiertos con antiguas máscaras de gesto afligido evocan las figuras de los apóstoles.