Gonzalo Gámiz Fotografía

En pocos lugares como en India, la presencia humana resulta tan indispensable para apreciar el encanto de un país en toda su dimensión. Tal vez sea ésta su verdadera esencia y lo que define su incompresible atractivo, los millones de indios que abarrotan las calles, los mercados y los templos, que desbordan los trenes, los autobuses y hasta las carreteras en su incansable ir y venir de un lugar a otro.

Y sus rostros, tan parecidos y tan diferentes, expresan respeto, humildad, gratitud, pero sobre todo paciencia, que en algunos llega a ser una resignación que transforma la mirada, revelando miseria y abandono sin atisbo de esperanza.